Queso

Risotto de setas y parmesano.

Los platos con arroz son de gran  consumo durante todo el año pero en verano adquieren gran protagonismo ya sea en la costa o en el interior.

El arroz admite múltiples formas de preparación y  combinaciones de ingredientes para todos los gustos

Los Risottos  (modo italiano de preparar el arroz) es una opción sencilla y que no requiere mucho tiempo, unos 20 minutos.

Una característica del  risotto es su cremosidad. En Italia se dice que debe quedar cremoso, no caldoso (que se pueda comer con tenedor) por ello es muy importante el tipo de arroz que se utiliza. Ha de ser un arroz con alto contenido en almidón como las variedades ARBORIO y CARNAROLI de grano corto y duro para que absorba el líquido y el constante remover.

Ingredientes

  • 150 gramos de Arroz
  • 300 gramos de setas (champiñones, cardo o las que prefieras)
  • 1/2 Cebolla
  • 1 diente de Ajo
  • 75 gramos de Mantequilla o queso Mascapone
  • 150 ml de Vino blanco
  • 75 gramos de Queso Parmesano
  • 650 ml de Caldo de verduras

Preparación

Picamos finamente la cebolla y el ajo. Sofreímos con un poco de aceite a fuego medio/bajo hasta que quede transparente.

Mientras limpiamos y cortamos las setas.

Ponemos el caldo a calentar.

Cuando la cebolla esté blanda, añadimos las setas, rehogamos 2 minutos.

Añadimos el arroz (a titulo orientativo, una tacita por comensal), mezclamos y “tostamos”  unos dos minutos. Incorporamos el vino dejamos evaporar y añadimos parte del caldo caliente hasta que se cubra el arroz. Mezclamos bien y dejamos cocer a fuego medio.

Añadimos más caldo según el arroz lo adsorbe y va soltando el almidón, moviendo frecuentemente. Cuando lleve cociendo unos doce minutos añadimos el queso Mascapone o la mantequilla, mezclamos bien, añadimos un poco más de caldo y pasados dos minutos incorporamos el queso Parmesano. Movemos para que liguen bien todos los ingredientes y quede una textura cremosa.

Apagamos el fuego y dejamos reposar dos minutos el Risotto y servimos caliente

¡¡Listo para disfrutar!!

A partir de esta sencilla receta de Risotto podemos hacer variantes con diferentes verduras, mariscos u otros quesos.

¿Sois apasionados de los arroces?

¡¡Cuéntanos!!  ¿Cuál es vuestro arroz preferido? ¿Has tomado Risotto? ¿Cuáles son tus ingredientes preferidos para el Risotto?

8 Consejos para hacer una tabla de quesos perfecta

El mundo del queso es muy extenso y variado. Hay cientos de tipos de queso por descubrir y para todos los gustos en cuanto a sabor, intensidad, aroma y textura.

Una forma informal y divertida de descubrir diferentes variedades  es… LA TABLA DE QUESOS.

Como todo, preparar una tabla de quesos tiene sus trucos para aprovechar al máximo y disfrutar de los diferentes quesos.

Aquí están nuestros consejos:

  • El tipo de tabla de queso que prepararemos dependerá de si va a ser una degustación solo de quesos, si va a ser un entrante o un postre, si es un picoteo informar o queremos una cata formal.
  • Tenemos que pensar en la base en que se van a presentar los quesos. Lo mejor es la tabla de madera. Se puede utilizar pizarras pero tienen el inconveniente de que rápidamente aparecerán manchas de grasa.

En una degustación con pocos comensales se puede utilizar una sola tabla grande donde entren todos  los quesos. Si son muchas personas (más de 6) mejor presentar dos tablas una con quesos suaves y otra con los quesos más fuertes.

  • A la hora de decidir la selección de quesos tenemos muchas posibilidades:

Podemos decantarnos por quesos conocidos incluyendo alguna variedad nueva para descubrir.

Podemos hacer una tabla con quesos nacionales y otra con quesos internacionales.

Debemos evitar que la tabla de quesos sea repetitiva y monótona en cuanto a sabores y texturas.

Podemos plantearnos degustar quesos que representen las principales variedades:

Origen: cabra, oveja, vaca, búfala o mezcla.

Textura: pasta dura, semidura, blanda, azul, cremoso…

Maduración: queso tierno, semicurado, curado, envejecido…

Tipo de corteza: lavada, enmohecida, prensada, con hierbas o especias…

Intensidad: suave, fresca, dulce, pronunciada, picante, fuerte o muy fuerte.

  • Orden: en una tabla redonda seguiremos la dirección de las agujas del reloj. Empezando por los quesos más suaves  para llegar a los más fuertes. De esta manera podemos disfrutar de los diferentes matices y sabores.
  • Corte: Dependiendo de la variedad y textura los cortes variaran siendo los más adecuados en cuñas o tacos para la mayoría. Si son cremosos (para untar) mejor en pequeñas tarrinas y los muy duros como el Parmigiano se servirá en lascas.
  • Temperatura: El frío “mata” el sabor de los quesos por ello, dependiendo de la época del año se debe de dejar a temperatura ambiente más o menos tiempo. En invierno entre 4/6 horas y en verano será suficiente con una hora.
  • Acompañamientos: sin un buen acompañamiento nuestra degustación de quesos quedaría “coja”.

Panes y galletas saladas serán imprescindibles. Rebanadas de pan de centeno, multicereales, con semillas, con nueces y pasas así como regañás y crackers.

Frutas: un complemento perfecto para los quesos. Podemos descubrir diferentes matices si acompañamos los quesos de uvas, higos, arándanos, manzanas…

Mermeladas y compotas:  caseras o de buena calidad. Las ácidas maridan mejor: Frutos del bosque, mora, frambuesa, higo, naranja amarga…

Un lugar especial para nombrar el dulce de membrillo  que acompaña a cualquier queso perfectamente.

Frutos y frutas secas: Almendras, anacardos, pistachos, nueces, orejones de albaricoque, ciruelas pasas, dátiles, higos…

Aceitunas y encurtidos: pepinillos, cebollitas.  

 

  • Bebida: el agua limpiara nuestra boca y nos permitirá disfrutar de los diferentes sabores sin enmascararlos.

Vino y cerveza, nos permite experimentar las variaciones en cuanto a sabor que se producen al mezclase con los quesos (otro mundo por descubrir).

Los vinos espumosos más ligeros y suaves son los que limpiaran mejor nuestro paladar.

El vino blanco y la sidra también son un poco comodín y la mejor opción para acompañar quesos más suaves y tiernos. El vino tinto y los blancos fermentados conviene reservarlos para quesos más curados, especialmente los de leche de oveja. Los amontillados y finos, perfectos con quesos de cabra o una torta del Casar.

Las cervezas, probaremos  las Pilsner y de trigo para quesos suaves y más lácteos.

Una de las ventajas de las tablas de quesos es precisamente ese juego de sabores, aromas y texturas diferentes. Es importante centrarse en cada queso para comparar, ver diferencias con los demás y poder descubrir todos los matices.

Si eres de los supe-queseros otra forma de disfrutar del queso es preparando una Fondue

El mundo del queso es extenso y maravilloso. ¿Soléis preparar tablas de queso en casa? ¿Cuáles son vuestros quesos favoritos?

Animaros a compartir con nosotros los quesos que habéis descubierto o las mezclas que merece la pena probar.

Rosas de hojaldre, calabacín y jamón.

La receta de esta semana, en homenaje a la primavera, es pura sencillez y creatividad. Seguro que sorprendéis con estas “Rosas de hojaldre, calabacín y jamón”.

Os recomendamos que aunque no tiene ningún secreto su preparación practiquéis el enrollado y el tamaño de las tiras de hojaldre para que quede a vuestro gusto.

¡Nos ponemos el delantal y comenzamos!

Ingredientes:

  • Una lámina de hojaldre rectangular
  • Un calabacín grande
  • Jamón, mejor ibérico, en lonchas
  • Queso tierno en lonchas
  • Salsa de tomate natural
  • Orégano
  • Hierbas aromáticas.
  • Pimienta al gusto
  • Aceite de oliva

No ponemos cantidades de los ingredientes,  pues dependerá del número de rosas que hagáis.

 

Preparación:

Lavamos bien el calabacín y lo cortamos en rodajas muy finas. Lo hacemos a la plancha, en una sartén con muy poquito aceite hasta que se dore por ambos lados. Añadimos un poco de orégano y pimienta, lo dejamos reposar sobre papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.

Cortamos las lonchas de jamón en trozos aproximadamente del mismo  tamaño de las rodajas de calabacín. El queso en lonchas lo cortaremos en tiras de unos dos centímetros.

Extendemos la masa de hojaldre sobre papel vegetal y cortamos la masa en tiras de unos cuatro centímetros de ancho por unos quince de ancho.

Extendemos la salsa de tomate sobre las tiras de hojaldre y colocamos, dejando que sobresalga,  alternativamente una loncha de calabacín y otra de jamón superpuestas hasta llegar al final de la tira. Las situaremos ocupando, solo, desde la mitad hacia arriba de la tira de hojaldre (para que sobresalga) dejando libre la parte inferior del hojaldre.  Colocamos las tiras de queso encima de la parte baja del calabacín y el jamón. Deben quedar unos 2 cm de hojaldre sin cubrir a lo largo de toda la tira, para ahora doblarlo por la mitad y ponerlo cubriendo el queso y la mitad del entramado de calabacín y jamón. Cuando estén todas acabadas las enrollamos como la concha de un caracol. Meter en moldes de madalenas para evitar que se abran en el horno.

Pintamos por encima las rosas con un poquito de aceite mezclado con las hierbas aromáticas y metemos al horno, precalentado a 180º C, durante 15-20 minutos.

Las rosas de hojaldre, jamón y queso se pueden preparar con antelación dejando el horneado para antes de consumir y servir las rosas de hojaldre, calabacín y  jamón templadas, con el toque cremoso del queso caliente y el olor de las hiervas aromáticas mezclado con el del hojaldre recién hecho.

Esperamos que no os podáis resistir a preparar esta receta el fin de semana. Estaremos encantados si nos enviáis vuestros comentarios e imágenes

Como hacer una Fondue de Queso

Esta semana tan “quesera” vamos a finalizarla, como buenos Catacaldos, con una receta en la que el queso es el protagonista absoluto…¡¡Fondue de queso!!

Este plato es la estrella de la gastronomía suiza siendo un placer para los sentidos por su sabor, aroma y  matices intensos. Además de por todo esto, el motivo por el que la hemos escogido está en sus orígenes ya que nace de la necesidad de los pastores de comer alimentos que “les calentara el cuerpo” en el clima frío de las montañas suizas y el alimento que tenían más a mano era el queso, que calentaban hasta que se derretía y lo acompañaban de pan.

Esta receta tiene como ingrediente, casi exclusivo, el queso pero permite muchas variantes. Los quesos clásicos que se utilizan son Gruyere y  Vacherin Fribourgeois, quesos cremosos y fundentes pero también se pueden sustituir por otros como: Emmeltal, Raclette, Cheddar, Gouda, Comté…

Para su preparación necesitaremos un recipiente especial  (seguro que ya lo estáis visualizando) que puede estar hecho de barro, cerámica refractaria o de hierro grueso y que recibe el nombre de…CAQUELÓN

No se vosotros pero por aquí la boca se nos hace agua esperando la receta. ¡¡Vamos a ello!!

 

Ingredientes:

  • 400 gr de queso Gruyere
  • 400 gr de queso Emmental
  • 2 vasos de vino blanco seco
  • 3 cucharadas de Kirsch o aguardiente
  • 1 cucharada de maicena o fécula de maíz
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • 1 diente de ajo
  • Nuez moscada y pimienta molida

 

Preparación:

Frotamos el recipiente (Caquelón) con el diente de ajo.

Ponemos el vino (reservando un poco) y el zumo de limón a calentar a fuego lento.

Mezclamos el vino (reservado) con la maicena y el Kirsch hasta que se disuelva bien y lo añadimos a la olla, movemos para evitar los grumos.

Ponemos el queso, que previamente habremos rallado o cortado en pequeños trozos y con una cuchara de madera movemos constantemente para evitar que se pegue. En 5 minutos estará listo.

Espolvoreamos nuez moscada y pimienta.

El acompañamiento clásico y perfecto son  trozos de pan pero también podemos incluir verduras hechas al vapor y para los más glotones salchichas y patatas.

Ya tenemos lista nuestra fondue solo nos queda… ¡¡disfrutar!!

¿Cuándo fue la última vez que comiste una fondue?

¡Venga anímate este fin de semana! Y…no dejes de contárnoslo

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