Carnes Moran

Croquetas de cecina y pimientos de piquillo

Esta semana, en la que hemos celebrado el día de la croqueta, nuestra receta no podía ser otra que unas deliciosas croquetas.

Las posibilidades son infinitas y todos sabemos que las mejores croquetas son las de “nuestra madre” así que hemos decidido que nuestra receta de hoy tuviera un toque especial y nos hemos decantado por unas deliciosas croquetas de cecina y pimientos de piquillo.

Ingredientes:

50 g harina de trigo

50 g mantequilla

500 ml leche

80 g cecina

40 gr pimientos rojos asados

Pimienta negra, un toque nuez moscada

Huevo y pan rallado.

Preparación

Lo primero será poner a calentar la leche para aromatizarla con la cecina.

Ponemos la leche a calentar en una olla a fuego suave. Cortamos la cecina y limpiamos la grasa. Añadimos a la leche la cecina para que le de sabor. Cuando la leche empiece a hervir, sacamos los trozos de cecina y reservamos la leche.

Picamos la cecina muy menuda y hacemos lo mismo con los pimientos de piquillo.

En una sartén a fuego medio, ponemos a calentar la mantequilla. Cuando se haya derretido, añadimos la harina y mezclamos con una cuchara de madera. Rehogamos la harina unos instantes para que pierda el sabor a crudo.

A continuación, vamos a ir añadiendo la leche poco a poco y sin dejar de remover.

Acabamos de incorporar la leche y cuando tengamos una masa homogénea, añadimos la pimienta negra recién molida y la nuez moscada.

Seguimos trabajando la masa durante unos minutos y añadimos la cecina picada. Mezclamos bien, añadimos el pimiento picado y dejamos que se cocine durante un par de minutos.

Pasamos la masa a otro recipiente para dejarla enfriar a temperatura ambiente. Cuando esté templada cubrimos con film transparente que debe estar en contacto con la masa para evitar que el aire seque la capa superior. Metemos la masa en la nevera y dejamos que se enfríe (mínimo 1 hora).

Una vez que la masa se haya enfriado, damos forma a las croquetas. Cuando tengamos la forma de la croqueta hecha, la pasamos por el huevo y después por pan rallado.

Cuando tengamos hechas todas las croquetas pasaremos a freírlas en abundante aceite de oliva.

Dejamos sobre papel absorbente y…¡¡¡a disfrutarrrrr!!!

¿Cuáles son vuestras croquetas preferidas? ¡¡Compártelo con nosotros!!

El Jamón Ibérico

Si existe un alimento estrella en nuestra dieta mediterránea es el Jamón Ibérico que aporta a la dieta valores nutricionales excepcionales. Vamos a conocer un poco más sobre el cerdo ibérico y su jamón.

El ADN de cerdo ibérico nos indica que sus orígenes están en el cruce del jabalí europeo, el jabalí mediterráneo y una especie de cerdo que existía en la península en la época de los Íberos.

Como su nombre indica, el cerdo Ibérico se cría en la Península Ibérica.

En zonas de Portugal (Algarve y Alentejo) y España (Norte de Andalucía, Cáceres, Badajoz, Salamanca, Toledo…)

Recibe el nombre de cerdo Ibérico todo aquel que cuenta con una pureza de raza igual o superior al 50%

¿Qué es lo que hace al cerdo ibérico y a su jamón ser tan especial?

Tiene una peculiaridad que le diferencia del resto de los cerdos, su forma de infiltrar la grasa en los músculos que hace que su jamón sea el más jugoso, su aroma más intenso y su textura especial y deliciosa.

Cría del cerdo Ibérico:

Desde que nacen no se crían solo comiendo bellotas ya que en la primera etapa de su vida necesitan muchos nutrientes que se les aportan con hierbas y piensos especiales. Una vez alcanzado el peso adecuado salen a las dehesas, etapa de Montanera, donde llevan una vida muy activa.

¿Sabías que…?

Puede beber más de 50 litros de agua al día y comer entre ocho y diez kilos de bellotas, hierbas, plantas aromáticas y hongos

Los cerdos ibéricos en en la dehesa se mueven a su antojo en busca de alimento por lo que pueden andar más de 14 kilómetros.

Toda esta actividad hace que su carne sea tan especial.

Un cerdo ibérico adulto suele llegar a los 160 kg de peso.

A la hora de comprar Jamón de cerdo Ibérico ¿Qué tenemos que saber?

Tipo racial:

100% ibérico: jamón de animales con total raza ibérica y de progenitores igualmente con 100% de raza ibérica.

Ibérico: jamón de cerdos con un porcentaje de raza ibérica mínimo del 50%, tanto el cerdo sacrificado como sus progenitores.

Denominación según alimentación y espacio donde se ha criado:

De bellota: se utiliza únicamente para animales que, durante la etapa de engorde, se hayan alimentado exclusivamente de bellota, hierba y otros elementos que hayan podido encontrar en la dehesa, pero sin aporte de piensos. Además, el cerdo se encuentra libre para moverse por la zona y esta actividad hace que la grasa se infiltre más entre su músculo.

De cebo de campo: animales con alimentación mixta, y que pueden pasar tiempo en el exterior. Sin embargo, por diversos motivos, no alcanzan el peso final requerido solo con alimentación “natural de la dehesa”, por lo que se suele terminar el engorde con piensos.

De cebo: cerdos alimentados exclusivamente con piensos y que se crían en lugares interiores.

Denominaciones de origen

determinan una zona concreta y la sistemática de producción que se sigue con el fin de proteger legalmente un producto.

Jamón de Huelva.

Jamón Los Pedroches.

Jamón Dehesa de Extremadura.

Jamón Guijuelo.

Curación del jamón

suele extenderse entre 24 y 48 meses, necesitando más tiempo de curación cuanto mayor sea el tamaño de la pieza y mayor cantidad de bellota haya ingerido el cerdo.

¿Eres fans de jamón Ibérico? ¿Cuéntanos como te gusta consumirlo, solo, en tapas, en recetas…? ¿Donde comiste aquel jamón inolvidable que siempre mencionas?

Todos los trucos para un caldo casero perfecto

Cuando bajan las temperaturas nada mejor que un buen caldo casero para calentarnos y entonarnos

Los caldos caseros podemos hacerlos de muy diferentes ingredientes: pescados, mariscos, verduras, pollo, carnes, con legumbres…

En esta ocasión nos vamos a centrar en el caldo casero de pollo y carne.

Se puede pensar que hacer un caldo es sencillo, basta con poner a hervir diferentes ingredientes y…¡ya está! En parte es cierto, pero necesitamos seguir unos pasos para conseguir que nuestro caldo casero sea perfecto.

Debemos poner los alimentos sólidos seleccionados en agua fría y que cuezan a fuego lento durante un tiempo prolongado para que poco a poco los sabores, aromas y nutrientes pasen al caldo.

Ingredientes:

Siempre pondremos una base vegetal (Zanahoria, cebolla, puerro, apio, tomate…) al gusto y variando según el tipo de caldo que queramos preparar. La cantidad aproximada será de 100 gr de cada verdura.

En este caso al ser un caldo de carne y pollo añadiremos, además, huesos, punta de jamón, carne pollo, ternera… Las mejores carnes serán morcillo y falda.

También podemos utilizar hierbas para potenciar el sabor del caldo (perejil, laurel, tomillo, clavos de olor…)

Tiempo de cocción:

Un exceso de cocción puede estropear el resultado de nuestro caldo. A título orientativo recomendamos 20 minutos para los caldos de pescado, una hora de cocción para los caldos de verduras y cuatro horas para los de carne y pollo.

Un caldo perfecto es aquel en el que no quedan las impurezas que sueltan los diferentes ingredientes durante la cocción. Cuando empiece a cocer bajamos el fuego, esperamos a que las impurezas suban a la superficie y las retiramos con una espumadera.

Durante la cocción se desprende la grasa de los ingredientes. Es muy importante retirar la grasa para que nuestro caldo sea perfecto.

La mejor forma de retirar la grasa es cuando el caldo está frío pues la grasa sube a la superficie y se solidifica.

Si fuera necesario añadir sal se hará al final de la cocción.

Siguiendo estas sencillas recomendaciones podemos conseguir un caldo perfecto. Esperamos que os animéis a prepararlo y nos contéis el resultado.

Huevos Rotos con Jamón Ibérico

Esta semana vamos a dedicar nuestra receta a uno de los productos estrella de nuestra gastronomía…”EL JAMÓN IBERICO”: nutritivo y saludable. Podemos degustarlo a cualquier hora solo o con pan. Puede formar parte de infinidad de recetas ya sea como ingrediente principal o secundario: diferentes verduras salteadas con Jamón Ibérico, melón con jamón, conos con Jamón Ibérico…

Escoger cual iba a ser nuestra receta con jamón, ha sido una difícil tarea. Al final, nos hemos decidido por un clásico que siempre apetece: huevos rotos con jamón Ibérico

Ingredientes:

(Para 2 comensales)

  • 4 huevos
  • 3 patata
  • Jamón Ibérico, cantidad al gusto.
  • Aceite de oliva virgen extra para freír

Preparación:

Pelamos y cortamos a lo largo las patatas.

Las ponemos en un bol con abundante agua para quitarles el almidón, de este modo no se pegarán al freírlas. las escurrimos y las secamos bien con un paño limpio de cocina.

Ponemos en una sartén abundante aceite de oliva, cuando esté lo suficientemente caliente y a fuego medio añadimos las patatas y hacemos hasta que tiernas. Subimos la intensidad del fuego y hacemos hasta que estén doradas.

Retiramos de la sartén las patatas y dejamos escurrir.

En la misma sartén, quitamos parte del aceite, subimos el fuego al máximo y echamos los huevos, con ayuda de una espumadera vamos echando aceite por encima del huevo. Cuando cuaje la clara, sacamos y dejamos sobre las patatas.

Añadimos el Jamón Ibérico y ¡¡listo para disfrutar!!

Redondo de ternera al Oporto con setas y almendras

El redondo de ternera es una de las piezas que más juego nos puede dar a la hora de cocinar. Nos ofrece muchas combinaciones de ingredientes y salsas.

La receta que os proponemos hoy, redondo de ternera con setas y almendras, es perfecta para el otoño y con vistas a las fiestas que se aproximan

El redondo podemos cocinarlo en cazuela (o cocotte) o prepararlo al horno. En esta ocasión vamos a cocinarlo en cazuela.

Ingredientes (6 comensales)

  • 1 redondo de ternera (1,500 kg. aprox.)
  • 2 zanahorias
  • 1 cebolla dulce
  • 4 dientes de ajo
  • 250 ml de Oporto
  • Tomillo, romero, pimienta negra en grano, 1 hoja de laurel y sal (al gusto)
  • aceite de oliva virgen extra
  • Setas variadas (250 gr)
  • 2 dientes de ajo
  • Un puñadito de almendras

Elaboración:

Cortamos la cebolla en juliana fina.

Pelamos las zanahorias y las cortamos en finas rodajas.

Pelamos los dientes de ajo y damos un golpe con la hoja del cuchillo para que se rompan.

Para un mejor resultado y presentación cuando escojamos la pieza de redondo debemos pedir a nuestro carnicero que nos bride el redondo Salpimentamos y en una cazuela con fondo grueso ponemos aceite de oliva a calentar. Marcamos el redondo por todos los lados. Retiramos y reservamos.

Añadimos la cebolla, los ajos y la zanahoria. Dejamos pochar unos minutos. Ponemos dos cucharadas de Oporto y mezclamos bien.

Cuando la cebolla se vuelva transparente añadimos los granos de pimienta, el tomillo, el orégano, el laurel y la carne.

Subimos el fuego e incorporamos el Oporto, dejamos que cueza un par de minutos. Bajamos el fuego, tapamos la cazuela y dejamos cocer unos 50 minutos girando el redondo cada 15 minutos.

Cuando el redondo está casi hecho ponemos en una sartén un poco de aceite, un diete de ajo muy picado y salteamos las setas (previamente limpias) hasta que pierdan el agua, se añaden las almendras hasta que se tuesten. Retiramos del fuego.

Dejamos reposar el redondo de ternera en un plato unos minutos en un plato.

Recuperamos los jugos que añadimos a la salsa con las hortalizas. Retiramos el laurel y trituramos y volvemos a poner en la cazuela para que cueza un par de minutos. Volvemos a incorporar el redondo, dejamos unos diez minutos y retiramos.

Añadimos las setas con las almendras y dejamos cocer unos minutos para que espese la salsa.

Cortamos el redondo de ternera.

Servimos en los platos con la salsa de Oporto, las setas y almendras.

¡¡No olvidéis el pan!!

¿Soléis preparar redondo de ternera? ¿Cuál es vuestra receta preferida? ¿Lo habéis probado con frutos secos?

Los cereales y el pan

Los cereales y el pan los reyes de la mesa

¿Os imagináis que no existieran los cereales? Realmente es imposible pensar en la dieta de casi cualquier rincón del mundo y no ser conscientes de la importancia que los cereales tenían y tienen en la alimentación y la cultura.

Cereales proviene de “Cerealia” diosa de la agricultura, la cosecha y la fecundidad. Cereales significa crecer y hace referencia a la importancia de estos granos en la supervivencia y expansión de los pueblos a lo largo de la historia.

Los cereales están asociados al origen de la civilización y a la cultura de todos los pueblos. Su cultivo cambio las formas y costumbres, se dejó de ser nómadas para buscar el enraizamiento.

Dependiendo del clima y el terreno cada región del mundo se caracteriza por el cultivo de cereales diferentes. En Europa predomina el cultivo del trigo, en América el maíz, en Asia el arroz y en África es el sorgo y el mijo los cereales de preferencia.

El centeno fue, posiblemente, el cereal que se plantó y cultivo en los primeros tiempos de la agricultura. Se utilizaban tostando los granos y moliéndolos para preparar tortas, papillas y sopas.

Pero… ¿Que son los cereales?

Son plantas de la familia de las gramíneas, con granos rico en carbohidratos que se transforman en harinas.

Los cereales principales:

Trigo, arroz, cebada, avena, centeno, mijo, sorgo, alpiste, kamut, sorgo, triticale.

Los Pseudocereales:

Alforfón, Quinoa, Amaranto.

La existencia de los cereales dio paso al descubrimiento del pan, se piensa que casi por casualidad, cuando se mezclaron con un líquido y se dejó reposar produciéndose la fermentación

Desde ese momento, el pan ha estado unido a la evolución del hombre y ha tenido presencia en las diferentes culturas, civilizaciones y conquistas.

  • El pan en Egipto

Gracias a las magníficas condiciones para cultivar cereales que ofrece el Rio Nilo, el pan era un alimento habitual en la dieta de los egipcios. Descubrieron y mejoraron las técnicas de fermentación y crearon los primeros hornos para cocer pan

  • El pan del mundo griego

Gracias a las relaciones comerciales con Egipto, el pan llega a Grecia y crearon una gran variedad de masas de pan con diferentes cereales, miel o frutos secos.

Para los griegos, en un principio, fue un alimento ritual de origen divino para, más tarde, convertirse en un alimento básico para la población.

  • El pan de la época romana

En un principio el pan solo estaba al alcance de las clases pudientes. Posteriormente (sobre el año 30 A.C) se generalizo el consumo y Roma llego a contar con más de 300 panaderías. Extendieron el consumo de pan, así como la fabricación a todas sus colonias excepto a Hispania donde ya se conocía las técnicas de amasado y panificación.

  • El pan en la Edad Media

En el siglo VI en Europa el cultivo de cereales descendió, y con ello vinieron los periodos de hambre, hasta que poco a poco se volvió al cultivo de los cereales alcanzado gran importancia en el siglo XII cuando surgieron los gremios artesanos (panaderos)

  • El pan en la Edad moderna

A finales siglo XVIII, progresa la agricultura y se consigue una harina mejor. También se mejorarían las técnicas de elaboración del pan. El precio del pan disminuye al aumentar la oferta y el pan blanco, antes solo para determinadas clases sociales, llega a toda la población.

  • El pan en la actualidad

El pan es un alimento básico que forma parte de la dieta tradicional en Europa, Oriente Medio, India y América.

El cereal más utilizado para la elaboración es la harina de trigo. También se utiliza la cebada, el centeno, el maíz y el arroz.

La legislación vigente define el pan como “el producto resultante de la cocción de una masa obtenida por la mezcla de harina de trigo y de agua potable, con o sin adición de sal comestible, fermentada por especies de microorganismos propios de la fermentación panaria”.

Desde los años 70 se ha producido una disminución importante en el consumo de pan. Gracias a los nuevos panes con masa madre, integrales y de cereales variados se ha conseguido en los últimos años un aumento del consumo de este alimento tan importante e imprescindible en nuestra dieta y cultura.

¿Cuál es tu pan preferido? ¿Te gusta probar y experimentar con nuevos panes? ¡¡¡Cuéntanoslo!!!

Huevos revueltos con setas

Una receta sencilla e internacional con aires otoñales

¿Os habéis parado a pensar la importancia de los huevos en nuestra alimentación, hábitos y cultura?

Desde la antigüedad, el huevo, es un alimento muy presente en la alimentación de los hombres por su gran versatilidad. Podemos prepararlos de numerosas formas, con o sin cascara, como ingrediente principal o acompañamiento, en masas, salsas, rebozados…acompaña perfectamente a carnes, pescados, verduras, legumbres.

En el día internacional de huevo hemos escogido una receta sencilla e internacional con aires otoñales: Revuelto de setas.

Hacer huevos revueltos parece sencillo, pero hay unos pequeños trucos que consiguen que este plato mejore.

Estos son los consejos que nos dan en “Le Cordon Bleu”:

Atemperar los huevos, dejarlos a temperatura ambiente hasta que pierdan el frio del frigorífico.

A la hora de batir los huevos, simplemente se mezclan un poco hasta que la clara y la yema se unan.

Añadir un lácteo, una cucharada de leche o nata, hace más jugoso el revuelto.

Controlar la temperatura del fuego. La sartén a fuego medio y el aceite a temperatura media para que no se frían los huevos.

Ingredientes:

  • 5 huevos
  • 300 gramos de setas variadas (rebozuelo, senderuela…) y al gusto.
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de oliva
  • Perejil
  • Sal y Pimienta negra
  • Rebanadas de pan (al gusto)

Preparación:

Pelar y picar finamente los ajos.

Limpiar las setas con un paño húmedo. Las setas más pequeñas se pueden dejar enteras y las grandes se cortan en trozos no muy pequeños, porque al cocinarlas siempre reducen su tamaño.

En una sartén, con un poco de aceite, rehogamos el ajo picado y cuando empieza a dorarse añadimos las setas. y movemos con suavidad para que se impregnen del aceite y del aroma del ajo.

Cuando se reduce el agua que sueltan las setas, salpiméntanos.

Separamos la sartén del fuego y añadimos los huevos batidos. Mezclamos bien y volvemos a poner al fuego.

Sin dejar de mover, retiramos del fuego cuando empiecen a cuajar los huevos.

Tostamos unas rebanadas de pan, ponemos el revuelto con setas encima y decoramos con perejil.

¡¡Mmmmmm!!! Una deliciosa receta para disfrutar en buena compañía.

¿Cómo preparas tú los huevos revueltos? ¿Con que te gusta acompañar los huevos revueltos, espárragos, ajetes, morcilla…? ¡¡Cuéntanoslo!!

La Ribeira Sacra

Que mejor momento para darnos una vuelta por Galicia, tierra de vinos, que en estos momentos cuando se encuentra en plena vendimia.

Desde primeros de septiembre y hasta mediados de octubre los viñedos están a plena actividad con la recogida de los esperados frutos que, pasado el tiempo adecuado, disfrutaremos en los diferentes vinos.

En Galicia podemos encontrar cinco Denominaciones de Origen:

  • Rias Baixas (con 407 vinos)
  • Ribeiro (217 vinos)
  • Valdeorras (116 vino)
  • Ribeira Sacra (125 vinos)

En esta ocasión vamos a conocer un poco más de la Ribeira Sacra, una zona que comprende las riberas de los ríos Cabe, Sil y Miño, en la zona sur de la provincia de Lugo y el norte de la provincia de Orense.

Además de un entorno magnifico tiene la característica de viñedos en altura y en terrazas.

Con una extensión de 2.500 hectáreas de viñedo La Ribeira Sacra es una de las D.O. más antiguas de Galicia con más de 2.000 años de historia.

Historia muy unida a la vida monacal (fueron los monjes los que perfeccionaron las técnicas de cultivo en la Ribeira Sacra, cuidando el magnífico paisaje en el que trabajaban) y el Camino de Santiago (internacionalmente conocido Camino Francés y el llamado Camino de Invierno)

Podemos disfrutar en la Ribera Sacra de muy diferentes vinos como consecuencia de la variedad de tierras en las que se encuentran las viñas, los suelos de la zona del valle del Miño son similares a los de origen granítico que dominan en toda la Galicia occidental, frescos y permeables. Los de los valles del Sil tienen abundancia de arcillas.

Tras años de esfuerzo y arduo trabajo, el vino que antaño se exportaba a la mismísima Roma, vio nacer su Denominación Origen en 1995. Un Consejo Regulador controla y protege los distintos tipos de vino autorizados y garantiza su calidad.

Hemos dicho que hay una gran variedad de uvas…

Preferentes:

Blancas: Albariño, Loureira, Treixadura, Godello, Dona Branca y Torrontés.

Tintas: Mencía, Brancellao, Merenzao, Tempranillo, Sousón e Caiño Tinto.

Autorizadas:

Tintas: Garnacha Tintorera y Mouratón.

Después de este paseo por la verde Galicia estamos seguros de que estáis deseando disfrutar de los vinos que nos ofrecen ya sea con un estupendo marisco o una deliciosa carne gallega.

¿Conocías los vinos de esta zona? ¿Cuál es tu vino preferido? ¿Blanco o tinto? ¡¡Cuéntanoslo!!

El arte de trufar alimentos

La trufa negra es un manjar con un sabor muy característico y de gran personalidad que marida con muchos alimentos, pero también es cierto que por su aroma tan especial debemos evitar mezclar con ajo, tomate frito y especias de sabor intenso.

La trufa negra se utiliza rallada y laminada para aromatizar y enriquecer diferentes platos como Risottos, huevos, pasta…

Otra forma de utilizar la trufa en nuestra cocina es para aromatizar diferentes alimentos y eso es lo que vamos a ver es este post.

El arte de trufar alimentos:

Cuando hablamos de la trufa nos referimos a la acción que nos permite traspasar los aromas y sabores de la trufa a un alimento determinado.

Aceite trufado:

Es mejor escoger un aceite de girasol o de otras semillas. Si es de oliva se buscará un aceite que no tenga un sabor intenso.

El trufado se realiza sumergiendo una trufa fresca y bien limpia en un recipiente con un litro de aceite, se deja que repose durante dos/tres días. Se extrae la trufa y se conserva el aceite para su utilización que siempre será en crudo

Quesos trufados:

El trufado de quesos se puede realizar de diferentes maneras dependiendo del tipo de queso y de su grasa. Los lácteos son grandes transmisores de los aromas

  • Queso en aceite trufado

La elaboración es sencilla, en un recipiente con aceite trufado introducimos un queso curado (manchego), y cortado ya en las porciones como luego se tengan que consumir

  • Queso de pasta blanda trufado

Quesos como el brie francés o el español torta del Casar. Podemos introducirlos en un envase hermético junto a una trufa ya sea entera o laminada. Se tomarán untadas en rebanadas de pan

  • Queso trufado

Un método novedoso que se utiliza desde hace poco tiempo. Se hacer madurar quesos de oveja o cabra con ralladura de trufa pasterizada. El resultado final es un queso que al corte muestra las pequeñas partículas de trufa que le confieren al queso un aroma y sabor exquisito.

 

Mantequilla trufada

Existen dos métodos muy diferentes para trufar la mantequilla. La mantequilla tiene que estar blanda para que nos permita batirla a mano.

Mezclamos 15 gr de trufa rallada con la mantequilla dejamos reposar en la nevera 24 horas.

Para conseguir una mantequilla con un aroma más suave. Introducimos una trufa (bien limpia) en la mantequilla, envolvemos y dejamos reposar 24 horas. Sacamos la trufa y ya tendremos la mantequilla aromatizada suavemente.

 

Huevos trufados:

Gracias a que la cascara de los huevos es porosa, el trufado de los huevos es un proceso sencillo.

En un recipiente que se pueda cerrar, ponemos la trufa sobre un papel de cocina (para que adsorba la humedad) y ponemos los huevos. Cerramos y dejamos reposar dos/tres días hasta que los aromas de la trufa traspasen la cascara del huevo y aromaticen el interior del huevo.

Se pueden preparar fritos, revueltos, tortilla, escalfados, poche…

Embutidos trufados:

Los embutidos trufados ofrecen amplias posibilidades.

Si son embutidos frescos se pueden aromatizar introduciéndolos en un recipiente cerrado que dejaremos reposar durante 24 horas junto a una trufa.

Los embutidos que se van a curar pueden llevar la trufa rallada y mezclada con la masa.

Aguacate trufado:

El aguacate por su contenido en grasa nos permite trufarlo con un resultado magnifico.

Podemos hacerlo de dos formas:

Rallando la trufa por encima de aguacate cortado y regar con un poco de aceite.

Otra opción es pelar los aguacates, frotarlos con aceite y guardarlos en un recipiente cerrado con una trufa entera veinticuatro horas en el frigorífico.

Arroz trufado:

Para aromatizar arroz con trufa el proceso es muy sencillo, solo tenemos que poner en un recipiente bien seco y hermético 1Kg de arroz con una trufa de unos 20/25 gr. Dejamos reposar en el frigorífico de dos a tres días. A más días más aroma.

¿Os gusta el aroma de la trufa? ¿Con que alimentos os gusta más? ¿Cuál es vuestro plato preferido?

Bacalao a la Vizcaína

El bacalao es, en época de Cuaresma, el rey de nuestra cocina. Podemos prepararlo de infinidad de maneras: pil-pil, horno, pisto, tomate, revuelto, gratinado, buñuelos, croquetas… y ¡¡siempre se acierta!!

En esta ocasión nos hemos decidido por una receta sencilla y todo un clásico en nuestra gastronomía: Bacalao a la Vizcaína.

Ingredientes:

  • 500 gr de Bacalao desalado
  • 1 cebolla morada
  • 3 dientes de ajo
  • 5 pimientos choriceros
  • 1 rebanada de pan (mejor de hogaza)
  • Salsa de tomate
  • Aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta.

Preparación:

El bacalao lo habremos desalado poniéndolo en remojo 48 horas, cambiando el agua cada 6/8 horas.

Ponemos los pimientos choriceros a remojo en agua durante una hora. Escurrimos bien y les damos un hervor (1 minuto). Dejamos templar y quitamos la piel, reservando la carne del pimiento.

En una cazuela, mejor de barro, ponemos un poco de aceite de oliva, pochamos las cebollas, previamente troceadas.

Cuando la cebolla esté transparente añadimos los dientes de ajo picados y el pan desmigado. Una vez que esté dorado agregamos la carne del pimiento choricero, la salsa de tomate, mezclamos bien y añadimos un poco de agua, sal y pimienta. Dejamos cocer la salsa a fuego medio durante unos 15 minutos.

Mientras levamos y secamos bien el bacalao, lo enharinamos (quitando el exceso) y hacemos las tajadas de bacalao en una sartén con un poco de aceite un par de minutos hasta que se doren

Trituramos la salsa de tomate y la ponemos en la cazuela de nuevo, colocamos el bacalao encima y cocemos unos 10-15 minutos, dependiendo del grosor del bacalao, con cuidado de no cocerlo en exceso. Servimos bien caliente.

Como veis es una receta muy sencilla de preparar, esperamos que os animéis a prepararla y nos contéis los resultados.

Jarrete de cordero al vino

El jarrete de cordero nos permite hacer estofados/guisos muy sabrosos, melosos y con un punto final muy tierno.

Las posibilidades son muchas pues es una receta en la que podemos variar los ingredientes según la época del año y nuestros gustos.

¡¡Aquí os dejamos nuestra propuesta!!

Ingredientes: (4 comensales)

  • 4 piezas de jarrete de cordero, si son pequeñas o 2 unidades si son de mayor tamaño
  • 1/2 cebolla y 1 diente de ajo
  • 1 zanahoria pequeño y ½ pimiento verde
  • 1 hoja de laurel y especias al gusto (tomillo, romero…)
  • Una cucharadita de pimentón dulce
  • 1 cucharadita de harina
  • 200 ml de vino tinto
  • 3 patatas
  • Sal y pimienta.
  • Aceite de Oliva Extra-Virgen

 

Preparación:

En una cazuela con un poco de aceite, doramos los jaretes de cordero. Añadimos las verduras muy picadas, salteamos 3 minutos.

Incorporar el pimentón, mezclar bien. Añadir el vino y la harina (disuelta en un poco de agua). Dejamos que de un hervor y ponemos agua hasta cubrir.

Añadimos el laurel y las especias. Tapamos la cazuela y dejamos cocer a fuego lento hasta que se desprenda la carne del hueso.

Pelamos y lavamos las patatas. Las cocemos cortadas en rodajas gruesas (25 minutos)

Sacamos los jarretes de cordero y reservamos

Pasamos las verduras con el caldo por la batidora y por el pasapurés para conseguir una salsa espesa Rectificar de sal.

Agregamos los jarretes a la salsa y cocemos un par de minutos.

Mientras, escurrimos bien las patatas y las aplastamos con un tenedor dejando pequeños trozos. Las damos una vuelta en la sartén con un poco de aceite.

Servimos el carrete con las patatas y la salsa. ¡¡A disfrutar!!

¿Cómo preparáis el jarrete de cordero? ¿Preferís utilizar cordero pascual o recental?

¿Cómo hacéis la salsa? ¡¡Cuéntanoslo!!

Frutas y verduras de invierno

Cada época del año tiene sus frutas y verduras particulares. En verano disfrutamos de frutas y verduras que aportan mucha agua, vitaminas y minerales adecuados a las altas temperaturas. En invierno son verduras y frutas más resistentes a las inclemencias que nos aportan los nutrientes adecuados al momento, además de grandes cantidades de vitamina C.

Consumir alimentos de temporada nos permiten que se encuentren en su momento adecuado de maduración y punto optimo de consumo por lo que serán más sabrosas y conservan mejor sus propiedades.

Si en otoño los colores que prevalecían eran los marones y naranjas (calabaza, boniatos…) el invierno y las bajas temperaturas dan paso a los verdes oscuros y morados (brócoli, lombarda, acelgas, coles…)

Curiosamente las frutas y verduras de invierno son poco calóricas, pero refuerzan el sistema inmunitario gracias al gran aporte de vitaminas y minerales.

Verduras de invierno

Las verduras de esta época ofrecen como comestible diferentes partes: hojas, bulbos, raíces.

Las más importantes son:

Coles de Bruselas, brócoli, coliflor, repollo, lombarda…(coles)

Cebollas, ajos y puerros… (Bulbos)

Nabos, remolacha, zanahorias… (raíces)

Acelgas, espinacas, canónigos, escarola, endivia…(Hojas)

Y por supuesto no nos podemos olvidar de los productos más consumidos en esta época: judías verdes, habas, guisantes, cardo y alcachofas

Frutas de invierno

La fruta de invierno son ricas en numerosos minerales así como de grandes dosis de vitamina C.

Empezamos por los reyes del invierno…Naranjas, mandarinas, pomelos, limón y kiwi

Podemos encontrar en su punto óptimo los cítricos, ricos en vitamina C y fibra.

Manzanas:

Podemos disfrutar de una gran variedad, dulces, ácidas, crujiente, blandas…a pesar de que se recogen en otoño, se conservan bien y constituyen un buen alimento de invierno.

Peras:

La pera conferencia, la de agua, pera blanquilla…son algunas de las variedades que podemos saborear.

Fresas:

De febrero a mayo podemos disfrutar de esta sabrosa, aromática y jugosa fruta.

Chirimoya:

es una fruta muy completa y con muchas propiedades. Alto contenido en fibra.

¿Cuáles son tus frutas y verduras preferidas? ¿Las consumes a diario?

¡¡Cuéntanoslo!!

Tajine de cordero con frutos secos

Hoy viajamos hasta marruecos para preparar la receta de hoy, un rico y aromático…TAJINE de CORDERO con FRUTOS SECOS.

Esta receta recibe su nombre por el recipiente en que se cocina, el TAJÍN: recipiente de poco fondo, hecho de barro cocido y barnizado con una característica muy particular que consiste en una tapa cónica. Esta tapa mantiene el calor y el vapor durante y después de la cocción, que se condensa en la parte superior de la misma y vuelve a caer sobre los alimentos, evitando que se resequen mientras se cocinan.

Esta receta es similar, en su preparación, a la caldereta de cordero, pero utiliza más especias y añade frutos secos.

Ingredientes:

1 kg de cordero cortado en trozos

2 cebolletas

3 dientes de ajo

2 zanahorias

100 gr de calabaza

1 cucharada de jengibre fresco molido

1 rama de canela

Azafrán

Una pizca de comino y cardamomo

300 gr de ciruelas pasas o pasas sultanas

100 gr de almendras crudas

1 cucharada de zumo de limón

Pimienta negra molida

Aceite de oliva virgen extra

Preparación:

Salpimentamos los trozos de cordero y, en la cazuela (Tajín) con aceite de oliva, y los sofreímos hasta que estén dorados. Los retiramos a un plato con papel de cocina y reservamos.

En el mismo aceite doramos los dientes de ajo sin pelar y añadimos el jengibre fresco rallado a la vez que incorporamos las cebolletas picadas y las zanahorias y calabaza peladas y troceadas.

Todo a fuego bajo durante unos cinco minutos hasta que la cebolla adquiera un tono transparente. Incorporamos la canela, el comino, el cardamomo y el azafrán removiendo ligeramente para que se tuesten y desprendan sus aromas.

Añadimos al guiso, los trozos de cordero regando todo con abundante agua (no tiene que cubrir), y tapamos la cazuela y dejamos a fuego suave la cocción durante una hora y media.

Añadimos las ciruelas pasas y dejamos cocer otra media hora, momento en el que el cordero estará en su punto. Agregaremos las almendras, previamente tostadas en el horno, y comprobamos el punto de sal y pimienta negra. Por último, regamos con un chorrito de limón y unas cuantas hojas de cilantro fresco.

¡¡¡Dejamos reposar y…listo!!!

Por supuesto el acompañamiento no puede ser otro que un delicioso cuscús.

¿Habéis preparado algún tajine? ¿Con que carne? ¿Es el de cordero el preferido?

Los frutos secos

Los frutos secos son alimentos totalmente unido a la dieta Mediterránea y con gran tradición en nuestra gastronomía. Su consumo se remonta a la antigüedad, siendo un alimento básico en muchas culturas.

¿Qué son exactamente los frutos secos?

Un grupo de alimentos que tienen como característica común que en su composición natural se encuentra menos del  50% de agua. Son alimentos muy energéticos y ricos en grasas saludables, proteínas, vitaminas, minerales, oligoelementos, fibras y ácidos Omega 3.

Hay una gran variedad de frutos secos que se dividen en dos grandes grupos:

Los que tienen cascara dura:

Anacardos, almendra, avellana, cacahuete, castaña, nuez, piñón, pipas de girasol,  pistachos…

Son ricos en:

Lípidos: destacando entre ellos los ácidos grasos monoinsaturados y polinsaturados.

Proteínas: el contenido en aminoácidos de algunos frutos secos es parecido aunque no igual al de la carne.

Calcio: En caso de no tomar productos lácteos podríamos recurrir parcialmente a los frutos secos para la obtención de este mineral. Las almendras tienen mucho calcio.

Fibra: evita el estreñimiento y regula el tránsito intestinal.

Vitaminas: muy presentes las del grupo B (importantes para muchísimas funciones entre las cuales estabilizar el sistema nervioso) y la vitamina E (potente antioxidante).

Minerales: Los más importantes que contienen los frutos secos son: fósforo, potasio, cobre, hierro y selenio.

Y la fruta desecada:

Ciruelas desecadas, dátiles, orejones de albaricoque, higos secos, uvas pasas…

Hidratos de carbono: al estar desecados concentran todos sus azúcares en la pulpa y sobretodo en la piel del fruto. Destacan los higos, los dátiles, las ciruelas y los orejones.

Minerales: uno de los más relevantes es el fósforo, necesarios para el cerebro, los esfuerzos intelectuales y la actividad neuronal.

El aspecto, textura y sabores es muy diferente de uno a otro y esto marca una gran diferencia a la hora de utilizarlos y cocinarlos. En la actualidad, más allá del uso tradicional que se hacía de ellos, hay una tendencia a emplearlos cada vez más en diversos platos.

Como regla general, los frutos secos de cascara dura, se utilizan en pequeñas cantidades, normalmente tostados (no demasiado, pueden amargar) y se añaden cerca del final de la cocción o preparación.

Algunos de ellos son una base imprescindible en algunas salsas: piñones, almendras y avellanas.

Las frutas desecadas se suelen macerar en algún líquido para su rehidratación o para que adquieran determinados aromas (vino, especias…), son el complemento perfecto de muchas carnes.

¿Que frutos secos te gustan más? ¿Con cascara o frutas desecadas? ¿Sueles utilizarlos en la preparación de recetas? ¿Cuales?

Alta Cocina Saludable

 

Esta semana se ha presentado en el restaurante Álbora el proyecto “Alta  gastronomía saludable” comprometido con la salud.

Este proyecto se ha desarrollado en conjunto con especialistas en investigación  de alimentos, nutrición y el equipo I+D del Grupo Álbora.

Se ha buscado una propuesta culinaria saludable para el día  a día con los aportes nutricionales adecuados, con productos de temporada y calidad.

Macedonia de frutas

Nos encontramos una gastronomía  sana, sin aditivos químicos, menús equilibrados, bajos en grasa y sal que se preparan con la calidad y técnicas de alta cocina que nos ofrece siempre el restaurante Álbora y su Chef JUAN ANTONIO MEDINA (*MICHELÍN).

En la elaboración se han utilizado técnicas culinarias más saludables (vapor, plancha, aguas aromatizadas), fermentados,  grasas vegetales poliinsaturadas como el aceite de oliva virgen (suprimiendo mantequilla y nata) y fibras.

Se han preparado diferentes menús semanales en los que se ha tenido en cuenta los alimentos de temporada y la combinación más adecuada.

Gracias al trabajo conjunto de MARTA MIGUEL CASTRO (investigadora CSIC),  JESÚS ROMÁN MARTINEZ (profesor de la UCM y Presidente de la Fundación Alimentación Saludable) y GRUPO ÁLBORA (equipo de cocina I+D) podemos disfrutar de una propuesta saludable adaptada a nuestro ritmo de vida.

Jesús Román- Marta Miguel

Rollito Crudités-Tartar Lomo

Guiso de ternera estofada

Los guisos son platos perfectos para cualquier época del año pero es en invierno cuando los disfrutamos más.

Se cuece a fuego lento y su aroma nos anticipa el disfrute que nos espera…un estofado sabroso y tierno.

Los guisos permiten variar los ingredientes disfrutando de diferentes preparaciones.

En esta ocasión preparamos la receta básica y más sencilla

Ingredientes:

1,5 kg. de carne de ternera  (aguja)

250 gr. zanahorias

1 cebolla grande

4 dientes de ajo

200 ml. vino blanco

Sal y pimienta negra recién molida (al gusto) y tomillo

Aceite de oliva virgen extra.

Se puede añadir patatas, guisantes o champiñones sin ningún problema. Si hacemos cantidad para congelar no conviene poner patata.

Preparación:

En una cazuela con chorro de aceite de oliva salteamos la carne (cortada en cuadrados y limpia de grasa) hasta que este sellada y dorada. Añadimos los dientes de ajo, la cebolla cortada fina y la zanahoria en rodajas. Espolvoreamos el tomillo y salpimentamos. Movemos frecuentemente para que se sofrían las verduras y la carne toda por igual.

Pasados 15 minutos añadimos el vino, dejamos a fuego fuerte un par de minutos. Cubrimos con agua y cuando empiece a hervir tapamos la cazuela y cocemos a fuego lento aproximadamente una hora y media. Comprobamos el punto de ternura de la carne por si hubiera que dejarlo cocer un poco más.

Si no hemos añadido patatas, podemos acompañar el guiso con patatas fritas o arroz cocido.

¿Cómo te gustan los guisos? ¿Cómo los preparas? ¿Qué ingredientes añades?

¡¡Cuéntanoslo!!

¡¡¡Al calor de los guisos!!!

El termino guiso se refiere a la técnica de cocinado en que se prepara en salsa diferentes ingredientes después de haberlos rehogado.

Con esta técnica se obtienen platos muy sabrosos y nutritivos. Y en otoño e invierno son perfectos para que nos reconforten y calienten.

Los guisos son una tradición en nuestra gastronomía, desde la antigüedad han sido platos de consumo casi diario: carnes, legumbres, patatas y verduras eran los ingredientes más frecuentes, así como un aporte importante de grasas debido al tipo de actividades y trabajos que se realizaban. En la actualidad ocupan un lugar importantes en nuestras costumbres gastronómicas pero se ha variado y reducido la grasa.

¿Cómo preparamos un guiso?

Empezamos con los ingredientes que vamos a rehogar.

En una cazuela ponemos Aceite de Oliva Virgen, añadimos cebolla, pimiento verde, zanahorias… Rehogamos 3 minutos. Añadimos otras verduras (incluidas las patatas) y la carne que rehogaremos durante 5 minutos. En este momento podemos poner el vino (si así lo indica la receta) y el agua. A partir de que empiece a cocer tapamos la cazuela y dejamos a fuego lento largo tiempo.

Cuando esté a mitad de cocción podemos añadir pimentón dulce y especias (a nuestro gusto)

Podemos seguir las mismas pautas para preparar unas lentejas guisadas con verduras o algún guiso de pescado de roca.

Con esta técnica de cocinado conseguimos platos muy sabrosos y nutritivos. Perfectos para preparar de un día para otro ya que se intensifican los sabores y aromas.

¿Sois de guisos? ¿Cuál es vuestro guiso preferido? ¿Tienes algún truco secreto?

Historia del Turrón y el Mazapán

Dos dulces elaborados a base de almendras y miel, de gran arraigo en nuestra gastronomía y tradiciones, especialmente en fechas tan señaladas como la Navidad.

Son muchas las historias y leyendas que envuelven los orígenes de estos dos deliciosos dulces.

Por los dos ingredientes que conforman estos dulces (miel y almendras) está claro que su origen es árabe y fueron ellos los que lo trajeron a España.

Turrón:

Hay datos escritos que hablan de la existencia del turrón en la Villa de Sexona (actual Jijona) en el siglo XVI.  Es una tradición unida a las fiestas de navidad que podemos descubrir en un libro de 1584 donde el jefe de cocina de Felipe II habla de la costumbre de comer turrón en fechas navideñas.

Las historias sobre el origen y evolución del turrón son numerosas Hemos escogido una leyenda de Jijona que cuenta los orígenes del Turrón:

“Por aquellos tiempos, el Rey contrajo matrimonio con una princesa escandinava, por lo cual ésta tuvo que venir a estas tierras dejando atrás su frío país de origen. La princesa se sintió muy triste al no poder disfrutar de los bellos paisajes de su país llenos de nieves perpetuas. El rey, desesperado por ver a la nueva reina decaída, para evitar su tristeza, tuvo la idea de plantar por todos sus territorios, alrededor del castillo, miles de almendros. De este modo, cuando los almendros florecieron, sembraron el paisaje de tonalidades blancas, de tal modo que todo parecía nevado, y la princesa volvió a recuperar su felicidad. Los habitantes de Jijona, a partir de ese momento, aprendieron a recoger los frutos de los almendros y a tratarlos, elaborando así las primeras muestras de turrón y derivados. ”

Las variedades más clásicas, que perduran desde la antigüedad son el turrón duro, es la masa obtenida al incorporar almendras tostadas y peladas al jarabe resultante de la cocción de miel y azúcares con adición de clara de huevo.

El turrón blando, es la masa obtenida por molturación, moldeado y acabado final (arrematado) de la mezcla de almendras tostadas y peladas con el jarabe obtenido de la cocción de la miel y azúcares con clara de huevo.

Mazapán:

Es un postre tradicional navideño, aunque en Toledo, (lugar en el que en 1577 existe la primera referencia escrita de este producto), se consume todo el año.

Igual que ocurre con el Turrón, hay muchas leyendas acerca de su origen (incluyendo un supuesto origen persa), pero lo más probable es que el origen del mazapán sea  árabe.

Cuentan que el mazapán tal y como le conocemos nace en Toledo en el Convento de San Clemente, de la orden Benedictina, fundado por Alfonso VI.

Es una mezcla de miel y almendras al 50%. Machacada hasta formar una pasta que puede aromatizarse con limón o canela.

En la actualidad, Toledo y localidades aledañas continúan siendo los mayores centros de producción de mazapán en España aunque también en  ciudades de Andalucía y Levante se produce el mazapán.

¿Eres más de turrón o mazapán? ¿Cuál es tu postre preferido en Navidad? ¿Y el sabor de turrón?

Pulpo a la brasa

El pulpo es un auténtico manjar que está presente en nuestra gastronomía con diferentes recetas, la que os traemos hoy, es de gran sencillez en cuanto a su preparación, la dificultad está en con seguir que el pulpo esté tierno.

Con los consejos que os damos a continuación seguro que triunfáis consiguiendo un pulpo en su punto de ternura perfecto.

Un primer punto para conseguir que el pulpo se ablande es…congelarlo o comprarlo congelado.

Al descongelarlo comprobaremos que ya el pulpo se ha ablandado.

El siguiente paso es la cocción:

Ponemos una cazuela con abundante agua y cuando rompa a hervir vamos a “asustar” al pulpo, es decir vamos a sumergir cada trozo o pata 3 veces (sumergimos 3 segundo dejamos fuera 3 segundo) Después lo dejamos que cueza sin pasarnos de cocción pues se quedaría duro.

A modo de guía:

Aproximadamente 40 minutos para 2 kg.

18/20 minutos por cada kg.

Cuando comprobemos que está tierno, apagamos el fuego y dejamos que se temple el agua con el pulpo dentro (15 minutos).

Con el agua de cocción podemos cocer patatas si las vamos a necesitar.

Pulpo a la brasa

 

Ingredientes:

4-8 patas de pulpo cocidas (según tamaño)

Aceite de oliva virgen extra

Sal fina y sal Maldon

Preparación:

Untamos la parrilla con aceite de oliva y ponemos a calentar.

Se puede variar la temperatura del fuego según el grosor de las patas de pulpo y el resultado que se desee, es decir, si quieres que durante la cocción no pierdan mucha agua, (entonces se endurecen un poco), ponemos la temperatura un poco más alta que si te gusta un pulpo de textura más dura y algo más seco. Es importante que queden marcadas por la parrilla

Sazonamos ligeramente con sal fina cuando el pulpo esté en el fuego, y giramos para que se dore por todos los lados.

Cuando el pulpo está listo lo servimos inmediatamente. Regamos con un poco de aceite y unas escamas de sal.

El acompañamiento perfecto seria patata ya sean cocidas en puré o simplemente machadas con un poco de pimentón.

¿Cuál es tu forma preferida de tomar el pulpo?

Cocido madrileño

El cocido madrileño es una de las más antiguas tradiciones gastronómicas que podemos encontrar.

El cocido madrileño se sirve tradicionalmente en tres vuelcos, que se presentan en la mesa en un orden concreto:

La sopa del cocido, con fideos finos.

Los garbanzos, las patatas y las verduras.

Las carnes.

Hay una selección de productos básicos que se tienen que utilizar en la preparación del cocido pero se pueden producir variaciones según el cocinero

Se puede jugar con la variedad de las carnes. Hay quién añade costillas de cerdo o codillo. En realidad las combinaciones son casi infinitas.

¡Aquí os dejamos nuestra propuesta!

Ingredientes:

300 gramos de garbanzos.

3 zanahorias

4 patatas medianas

1 repollo

½ Kg de morcillo

Falda (opcional)

3 huesos de caña de vaca

Dos muslos y contramuslos de gallina o pollo de corral.

Un chorizo para cocido, tipo cantimpalo. No usar chorizos muy especiados

Dos puntas y/o huesos de jamón serrano.

Un trozo de tocino fresco y un trozo de tocino blanco (unos 200 gramos).

Fideos finos (cabellín)

Sal.

Preparación:

Por la noche ponemos  los garbanzos a remojo en agua templada con una cucharada sopera de sal.

En una olla grande, colocamos la carne, los huesos de jamón y de caña y el tocino.

Ponemos al fuego. Cuando empieza a hervir espumamos (retiramos la espuma que se haya formado).

Añadimos los garbanzos escurridos de su agua (se pueden meter dentro de una red especial). Cuando rompe el hervor se baja el fuego para que, sin dejar de cocer, el cocido se haga lentamente.

Una hora después, se añadimos la gallina y el chorizo. Se retira la espuma que haya vuelto a salir y se tapa otra vez. El cocido deberá cocer unas cuatro horas.

A mitad de la cocción (cuando han pasado unas dos horas desde que echamos los garbanzos) Desgrasamos la superficie y añadimos la sal, las zanahorias, peladas y partidas por la mitad a lo largo y las patatas peladas, lavadas pero enteras.

Cocemos el repollo picado y lavado hasta que esté tierno. Rehogamos en aceite  con 3 dientes de ajos.

Si se quiere añadir morcilla se cuece aparte,  se corta en rodajas y se fríe aparte, según más guste.

Terminado de cocer el cocido, se separa el caldo necesario para la sopa. Dejamos los ingredientes cubiertos del caldo sobrante para que no se enfríen ni se sequen.

 Cocemos los fideos unos diez minutos o lo que indique el fabricante.

Servimos primero la sopa (primer vuelco)

Después los garbanzos, las verduras y patatas (segundo vuelco)

Por último, (tercer vuelco) las carnes, la gallina o pollo,  chorizo, tocino y morcilla (si se ha escogido)

Hay quién acompaña los garbanzos con una salsa de tomate casero o quien adereza con aceite y vinagre.

Aunque no es habitual en todas las casas, la bola o relleno es un elemento clásico del cocido. Consiste en preparar una especie de tortilla con pan, huevo, ajo y perejil, que se echa en el cocido (lo que hace que se empape del caldo).

¿Preparados para disfrutar del cocido? ¿Cómo lo preparas tú? ¿Qué ingredientes añades a los que hemos indicado nosotros? ¡Cuéntanoslo!

Cocido, plato típico de nuestra gastronomía

Si hay un plato típico español ese es el cocido, de gran tradición en nuestra gastronomía. Preparado a fuego lento durante horas para que todos los ingredientes dejen su sabor y sustancia en el caldo.

Aunque se sabe que los orígenes están en los primeros siglos de nuestra Era, es en el siglo de Oro Español (XVI-XVII) cuando grandes escritores como Cervantes, Quevedo… describían en sus escritos la “Olla Podrida”,  nombre que recibía porque se utilizaba ingredientes que se tenían en la despensa y se echaban a la olla antes de que se pudrieran.

Fue el plato español por excelencia y que se comía a diario tanto en hogares pudientes como modestos. Los ingredientes eran garbanzos, verduras de temporada, tocino y cuando era posible carnes variadas.

Esta olla fue modificándose, con el paso del tiempo, dando paso, en el siglo XIX a nuestro cocido contemporáneo con garbanzos, verduras, patata, tocino, carne de vaca y ave, huesos,  jamón y embutidos (chorizo, morcillo…)

Para los que no lo sepan, el cocido es una rica comida española que cuenta con variantes regionales pero que, básicamente, consiste en una guiso hecho en una olla en la que se cuecen carnes, embutidos, verduras, tubérculos y, sobre todo, legumbres.

El cocido es un plato extendido por todo el territorio español con diferentes variantes según la zona. Los cocidos se adaptan a los productos locales.

¡Vamos a ver diferentes tipos de cocidos!

Cocido Madrileño:

Como su nombre indica típico de Madrid aunque también se prepara en otras zonas.

Este cocido consta de, lo que se llama, tres vuelcos (o platos): Sopa con fideos cabellin, garbanzos, patata, verduras (repollo, zanahoria y nabo) y carnes variadas: ternera, ave, huesos, punta de jamón, chorizo y tocino de cerdo.

Cocido Maragato:

Típico de León, recibe su nombre porque sus orígenes se sitúan en la comarca de la Maragateria.

Se caracteriza porque se come al revés que el cocido madrileño. Tiene también tres vuelcos pero en sentido inverso. Primero se consumen las carnes y en último lugar la sopa.

Cuenta la historia y leyendas locales que este cambio se produjo en la guerra contra los franceses. Los soldados españoles empezaron a comer primero las carnes por si les asaltaban y tenían que dejar de comer que se perdiera la sopa y no la carne del cocido.

Pote  gallego:

Cocido típico de Galicia. Este cocido se prepara con patatas, garbanzos, verduras (grelos), algo de carne de ternera y gallina pero sobre todo lleva carne de cerdo (morro, orejas, espinazo, rabo, tocino, chorizo…)

Una variante de este cocido es el Cocido de Lalín, plato típico de la localidad Pontevedresa capital de la comarca de Deza.

Cocido Lebaniego:

Es autóctono de Cantabria, del valle de Liébana.

Se utilizan unos pequeños garbanzos típicos de la zona (Potes) acompañados de verduras y del “compango” (carnes ahumadas, chorizo,  morcilla, tocino…)

Cocido montañés:

Cocido también es típico de la zona de Cantabria y otras comarcas limítrofes.

Se caracteriza porque se prepara con alubias blancas, berzas y compango (carnes…)

 

Escudella i carn d´olla:

Cocido catalán que consta de garbanzos, verduras, carnes de vacuno y cerdo, huesos, butifarras (negras, blancas y rojas),  de la  típica pilota (albóndiga alargada de carne picada con huevo y pan rallado que se corta en rodajas para servir a cada comensal).

Cocido extremeño:

De la zona de Extremadura, se prepara con garbanzos, hueso de jamón, verduras, carnes, espinazo, morcilla patatera, chorizo…

Existen otros cocidos como el cocido murciano, el puchero andaluz… pero hoy nos quedamos aquí.

¿Cuál es tu cocido preferido? ¿Dónde comiste ese cocido inolvidable que sigues recordando a pesar del paso de los años? ¡Cuéntanoslo!

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